AMIGOS DE CHANDRA

lunes, 17 de octubre de 2011

EL RUIDO Y LAS NUECES.



Pequeño Cuento dedicado a los "Artistas" que venden "Efectos Especiales" a precio de "Calidad" y se venden a sus Patrocinadores por Dinero y no por Arte... Y también a los Espectadores que valoran lo Efímero e Insustancial por encima de la Grandes Obras y las Ideas Inmortales.

Que nadie se sienta aludido, que uno de ellos podría ser yo.





Al principio me sentí discriminado... Me transportan siempre aparte de los demás, en un cajón individual. Me cuidan con esmero y procuran que no me deteriore con la humedad. Mientras tanto, los demás, más pequeños e insignificantes, esperan apiñados su momento de Gloria.

Me da la impresión de que hoy es ese día. Ellos se alborotan, tropezando unos con otros, saltando unos sobre otros a la espera de ser los primeros Elegidos, ya que Elegidos han sido todos ellos hoy... Y yo también.

Pobres infelices; si ellos supieran que no serán nada comparados conmigo cuando llegue el momento, seguramente se mostrarían menos jubilosos y más discretos. En fin, son dignos de Compasión... Su Gloria no será duradera, pero se la merecen, como cualquiera.

Desde aquí observo cómo los colocan en perfecta y casi militar formación. En fila india, firmes y erguidos. Estoy seguro de que, si pudieran, ahora mismo se frotarían las manos de impaciencia. Así son de ignorantes, que en lugar de dilatar el momento, prefieren deslumbrar cuanto antes al populacho sin saber que, tras haber sido apenas admirados, serán olvidados.

Se va acercando la hora... Todos están preparados y ansiosos. Y allá enfrente, a prudente distancia, una horda de Ignorantes espera con mirada bobalicona que dé comienzo el Espectáculo. No esperan más que fuertes impresiones, artificio y efectos especiales; algo que les impresione mientras dure... Pero nada que puedan o deban recordar cuando haya acabado la función.

Ya me han sacado de mi escondite envuelto en amorosos paños y con sumo cuidado. Me hubiera gustado que mis pésimos compañeros se hubiesen dado la vuelta por un momento para observar a la verdadera Estrella de esta noche, pero están demasiado excitados como para atenderme... Mejor así; podrían venirse abajo. Déjalos que disfruten de su Gloria... La mía llegará al final, pues imagino que, como el bocado más exquisito, reservan mi intervención para el apoteósico final.

Por fin da comienzo el Espectáculo...

Allá van, uno a uno o en bandada... Ascienden jubilosos hacia lo más alto, silbando descarados para llamar la atención, impulsados por una fuerza prestada. Y cuando llegan a la cúspide de sus posibilidades...

Entonces no son más que Luz deslumbrante que pronto se apaga, Color vivo que al instante muere, Ruído ensordecedor que da paso al ominoso Silencio, Llama que cae en el Olvido hecha cenizas... Mucho ruido y pocas nueces; eso son, Efímeros Fuegos Artificiales.

Por fin llegó mi turno... La Gloria me espera allá arriba, en la cumbre. Subiré impulsado por la fuerza descomunal que guardo con celo en mis entrañas y estallaré de júbilo para deleite y asombro de Todos... Seré Luz cegadora, y luego seré Color intenso, y luego Trueno devastador, y luego... Luego Nada... ¿Nada?... ¡¡¡Nooooooo!!!

¡Eh, un momento!... ¿Pero qué hace?... ¡Mierda!, ya me ha encendido la mecha.

Sssssshhhhhh...... CA...... BRÓNNNNNNNNNNNNNN!!!!!!!!!!

Y así acaba la Historia del Cohete Gordo de las Fiestas del Pueblo.

J.Lorente.

(Imagen: imagenelemental.blogspot.com.)